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Diariamente, enfrentamos una cuestión ética frente a la experimentación con animales en la industria farmacéutica y cosmética y aunque a partir de esta se han logrado avances médicos que benefician a los seres humanos, nuestro deber es buscar alternativas para protegerlos y generar un menor sufrimiento a los animales sin afectar la veracidad de los experimentos.

Para mitigar el daño, se han diseñado tres principios llamados “las tres erres de la investigación” que están basadas en reducir el uso de animales para experimentación y generar el menor daño o sufrimiento de los animales en este proceso, que funcionan de la siguiente manera:

Imagen 1 Las tres Erres para la experimentación ética, extraído de Garcés L. “Revista Lasallista de investigación” Vol. 9, 2012. Bioética en la experimentación científica con animales.

Sin embargo, aunque estas alternativas fueron planteadas como una solución al problema, sugieren continuar con el uso de animales para fines investigativos para evaluar los efectos adversos de los productos cosméticos y farmacéuticos, los cuales, en la actualidad se pueden evaluar mediante alternativas tecnológicas que permiten simular de forma artificial los tejidos y permiten eliminar el sufrimiento animal de los procesos de testeo de los productos, tales como:

Piel humana artificial: La impresión 3D se ha convertido en una alternativa para simular tejidos y diversos materiales. Para el estudio de cosméticos, cremas, lociones, entre otros cosméticos, esta tecnología puede simular la piel humana mediante la reproducción de células de donantes humanos, y permite determinar si los productos son irritantes o dañinos para la piel.

Imagen 2 Equipo de síntesis de piel, en el proceso de elaboración de tejido para su uso en evaluación cosmética, extraído de periódico El País

 

Software de simulación: algunos programas informáticos han sido diseñados para simular la piel en condiciones normales y con algunas enfermedades, estas alternativas permiten evaluar la permeabilidad y absorción que pueden tener los ingredientes activos en diferentes formas cosméticas como cremas, geles y aceites. Estos programas de igual manera permiten mediante algoritmos informáticos predecir la seguridad de ingredientes de uso cosmético.

Imagen 3 SKIN-CAD es un software que simula las condiciones de la piel, evaluando la capacidad de absorción de un ingrediente.

La investigación del uso seguro de muchos productos que utilizamos ha cobrado por su cuenta sufrimiento y maltrato animal a diferentes especies, que como nosotros respiran, sufren y sienten. A costa de poner productos cosméticos en el mercado por muchos años la ciencia ha experimentado con animales para evaluar los efectos adversos de dichos productos. La ética en la investigación se ha perdido en un trasfondo empresarial que amerita poner en riesgo la integridad de los seres vivos, tan solo para embellecer a nuestra especie. Y este artículo no es una crítica sin fundamentos hacia la industria cosmética, sino que por el contrario, una reflexión hacia las nuevas formas de investigar.

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